miércoles, 21 de abril de 2010

Liderazgo 2.O

  fue una de las sesiones que suscitó gran interés en los participantes del Foro Económico Mundial para Latinoamérica la semana pasada en Cartagena. La verdad, nunca como hoy hemos necesitado tanto de un liderazgo diferente que ayude a resolver en forma sostenible nuestros problemas económicos, políticos, ambientales, sociales y empresariales.

“Leadership 2.0”

El líder 2.0 que Latinoamérica y el Perú necesitan para enfrentar con éxito sus mayores retos es uno que predique con el ejemplo y que sus actos hablen por él.

El líder 2.0 reconoce que le alcanza una responsabilidad mayor a la que tienen los demás, pues sabe que tiene el poder para hacer que las cosas ocurran. Es aquella persona que ha dejado la hipocresía de decir o hacer lo que es “políticamente correcto”, y ha pasado a influir positivamente en su comunidad con un lenguaje claro y directo, pero sobre todo con acciones concretas y contundentes, asumiendo los costos que ello le representa.

El líder de hoy sabe escuchar, considera el impacto que sus decisiones tienen en los demás. Es humilde y reconoce que no lo sabe ni lo puede todo; acepta cuando se equivoca y sabe recibir consejo. Influencia y persuade, no impone ni manipula. Es transparente, inclusivo y dialoga. El verdadero líder guía y enseña. Tiene coraje y siempre hace lo correcto, incluso cuando nadie lo ve. Motiva, es asertivo y aun cuando es claro y firme, es empático y compasivo.

Una característica de toda organización o sociedad débil es la falta de “accountability”. El líder sabe que debe rendir cuentas y responder por sus actos. Por eso, un líder 2.0 se pregunta: “¿Cuál es mi responsabilidad en lograr una sociedad mejor, en combatir la exclusión y el abuso del poder, en luchar firmemente contra la corrupción, en trabajar por la competitividad de mi país y empresa, en mejorar la salud y la educación de mi comunidad; qué responsabilidad personal me alcanza para que mi organización sea un ejemplo a seguir; cómo puedo ser yo mismo un agente de cambio?.

Con prescindencia de cuán “exitoso” sea un líder en su función, actividad o empresa, su tarea no estará completa jamás, si no influye positivamente para que su comunidad o país alcance su potencial, logrando una sociedad mejor. La verdad, importa poco si el líder está en el sector público o en la actividad privada. Su liderazgo empieza por asumir su responsabilidad de hacer que las cosas ocurran.


Negocios y Economía – El Comercio Miércoles 14 de Abril 2010

Jorge Medina Méndez. Contador.